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Existen varios tipos de jarras según su material y uso, entre los más comunes están las jarras de vidrio para agua o jugos, jarras térmicas que mantienen la temperatura de las bebidas, jarras de cerámica ideales para servir leche o té, y jarras de plástico que son prácticas para el uso diario o actividades al aire libre.
Para identificar si una jarra es de cristal, revisá su peso, ya que suele ser más pesada que una de vidrio común. También podés golpear suavemente la jarra con una uña o un objeto, y si el sonido es agudo y prolongado, es probable que sea de cristal.
Curar una jarra de vidrio es un proceso simple para evitar que se agriete con cambios bruscos de temperatura. Para hacerlo, llenala con agua y ponela a calentar a fuego bajo. Dejá que el agua hierva lentamente, luego apaga el fuego y esperá a que la jarra se enfríe por completo antes de usarla.
La jarra específica para servir vinos se llama decantador. Su diseño permite airear el vino, mejorando su aroma y sabor antes de servirlo.
La función de un decantador es airear el vino, permitiendo que se oxigene y que los sedimentos se depositen en el fondo. Esto realza el sabor y aroma del vino, especialmente en los vinos más añejos.
Existen varios tipos de decantadores, entre ellos el decantador de base ancha que favorece una mayor oxigenación, el decantador de cuello largo que minimiza la exposición al aire, y los decantadores con filtro que retienen los sedimentos mientras se sirve el vino.